

EL VERBO
SE
HIZO
IMAGEN
Un Viaje desde la camara a lo invisible
Este libro no es un manual de fotografía. Es una invitación brutalmente honesta a mirar hacia adentro.Una exploración sobre luz, ego, memoria, y lo invisible que sostiene cada imagen.Para quienes fotografían no solo con la cámara, sino con el alma.


¿Qué es este libro?
Una exploración profunda sobre la fotografía como forma de vida, no como técnica.
Este libro no es un manual, es un espejo. Una bitácora escrita desde la experiencia, los fracasos, la poesía de los momentos y la crudeza del oficio.
¿Para quien es?
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Para fotógrafos que sienten que hay algo más allá del “buen encuadre”.
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Para creativos.
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Para quienes están cansados de vender imágenes bonitas pero vacías.
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Para los que quieren volver a crear desde el corazón.
Lo que encontrarás:
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Reflexiones crudas y reales sobre el ego, el silencio, la luz y el acto de mirar.
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Capítulos que conectan la práctica documental con la espiritualidad.
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Ejemplos, experiencias personales y verdades incómodas.
Disponible en:
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Versión digital descargable PDF
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Formato físico (proximamente edición limitada)

SOBRE EL AUTOR
Christian Macías es fotógrafo de bodas, pero su trabajo va más allá de capturar imágenes. A lo largo de más de una década con la cámara al hombro, ha documentado historias con una mirada sensible, silenciosa y profundamente humana.
Ha dado talleres en distintos países de Latinoamérica, no para enseñar técnicas, sino para invitar a mirar distinto. No habla desde el personaje del fotógrafo exitoso. Habla desde el cansancio, la pérdida del deseo, el amor por lo real y la voluntad de seguir eligiendo la honestidad por encima de la apariencia.
Este libro no es su primer acto creativo. Pero sí es uno de los más personales. Aquí no busca gustar, ni complacer. Solo dejar testimonio de lo que vio, sintió y tuvo que desaprender para no perderse a sí mismo entre tantos clics.
Cree que fotografiar, cuando se hace con verdad, no es un acto técnico ni estético, sino espiritual.
Vive y trabaja en Guadalajara, México. A veces con la cámara en la mano. A veces sin ella. Pero siempre buscando recordar lo esencial: no dejar de estar presente.
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